Nulla dies sine linea

08 octubre 2009

Escribo



Escribo de lo que imagino, de lo que sueño, de lo que no tengo. Escribo para escapar, para crear. Escribo para echar afuera los fantasmas, para desahogarme, para llenar. Escribo de la felicidad que cubre tu mirada, de un recuerdo imborrable, de una pasión incontrolada. Escribo porque te tengo, o porque no estás. Escribo porque es una manera de decir te quiero.
Escribo de lo que necesito, de lo que espero, de lo que perdí. Escribo para lamerme las heridas, y para curarlas. Escribo para olvidar, o para recrearme en el dolor. Escribo para purgar.
Escribo de personas que no existen pero habitan en mi cabeza, me persiguen, me piden que las cuente, que las haga llegar. Escribo de lo que la imaginación me deja, y busco sus límites. Destruyo vidas y planifico personajes que contengan pedazos de su propio autor.
Escribo para alcanzar algún corazón, para compartir una soledad, para confesarle mis miedos al teclado. Escribo por qué si no explotaría, escribo para explotar.
Escribo para sentir esa sensación al acabar, por el escalofrío de una idea brillante. Escribo para madurar, para retarme, para consolarme. Escribo para entenderme, y para conocerme.
Escribo para no creerme un perdedor. Escribo para sentime útil, talentoso. Escribo para expresarme, para aclararme. Escribo porque me enriquece.
Escribo de la búsqueda del amor, y de su pérdida. Escribo pensando en esa mujer que vendrá, y en la que ya no volverá. Escribo para decir adiós, o para firmar un para siempre. Escribo para declararme, para besar con palabras, para ganarme unos besos. Escribo sobre esa sonrisa que me hiela el corazón.
Escribo de la experiencia, y de lo que llegará. Escribo de lo que conozco, y de lo que intuyo. Escribo de las personas que no tienen la fuerza para escribir. Hablo de vidas que nunca serían escuchadas si no las escribiera.
Escribo de mis películas favoritas, y sobre esa canción que desgarra el alma. Escribo para decir lo que pienso, escribo también de la política, y el vertedero alrededor.
Escribo un relato que sueño se cumpla, y escribo sobre mis peores pesadillas. Escribo al miedo a quedarse solo, y escribo cuando estoy solo. Escribo de la plenitud, y escribo de la derrota. Escribo al desencanto, a la melancolía, y dejo que venga también la esperanza.
Escribo de madrugadas en vela, y de noches de alcohol. Escribo de personas que sujetan barras de bares y de relaciones que no hay quien las sustente.
Escribo del último trago y del primero al lado de unos ojos que te desean. Escribo de la vejez y de la adolescencia.
Escribo de historias cotidianas y amores extraordinarios. Escribo de las aristas del ser humano, y de su propio enemigo que es uno mismo. Escribo de personas que se temen, que se exploran, que se quieren. Escribo todo lo que un día imagine que escribiría, y escribo de lo que esta vida nos ofrece.
Escribo porque es lo que más me gusta, porque es una forma de amar, de sentir, una manera de vivir. Escribo porque si no lo hiciera tendría que matar el tiempo escribiendo.

No hay comentarios: