Nulla dies sine linea

26 enero 2010

Un golpe

Algunas películas llegan en un determinado momento de tu vida y actúan como un golpe en las entrañas, te muestran una realidad, te abren los ojos a un pensamiento o se identifican con tu estado, tu inquina, tu plenitud o tu derrota. Parecen irrumpir puntualmente en el momento justo, y se aposentan en tu alma de una forma que quedará marcada para siempre, y la propia relación con esa película siempre será personal, de tú a tú, una cosa entre dos, aunque sea el vicio o el desagrado de millones de personas.
A Marcos, el doloroso relato de la muerte anunciada de Burt Lancaster en ‘Forajidos’ le hizo ver en su desdicha y en la figura perversa de Ava Gardner su propia tragedia personal, y el desconsuelo se apoderó de él hasta límites de plantearse el dejarse llevar.
Raquel estuvo agobiada por una penosa y difícil situación económica, dejó atrás cosas muy importantes cuando tuvo que abandonar su ciudad y todo su mundo conocido, por eso el angustioso drama de ‘Las uvas de la ira’ le caló muy hondo en su momento, y la marcha en plena noche, en una huida sin final de Henry Fonda en el epílogo, ostenta un rincón inamovible en sus desgarros personales.
Héctor lloró de escalofríos la primera vez que vio ‘Días sin huella’, al descubrir la viva imagen de su padre en el atormentado alcohólico Ray Milland, y también porque la historia de su progenitor no tenía esta vez un final feliz.
Jaime sabe que la vida no le otorgó un rostro angelical ni privilegiado, pero su bondad y buen humor le sirven para acercarse a muchachas que no tengan un punto de apoyo en la superficialidad caprichosa, y tiene de referencia inaudita y añorada a ‘Marty’, guardada como oro en paño. Carlos sacó a su mujer de los peores ambientes y un destino incierto y le dio una casa y una familia, como la segunda oportunidad que la vida diera a la Monroe de ‘Río sin retorno’, y así también regalarle masajes en las piernas y pies cuando sienta frío, igual que hiciera Robert Mitchum.
Para un periodista como Francisco, hastiado y desengañado del populismo, de la manipulación y las miserias de su profesión, no puede haber otra identificación más plausible que la de ‘El gran carnaval’.
Sara sueña que vuelve a su propio Innisfree, que consigue dejar atrás el doloroso pasado, que su tierra la espera para otorgarle el amor y la tranquilidad de sus raíces y que será tan memorable y precioso como en ‘El hombre tranquilo’.
La defensa de la inocencia ante los peligros que siempre quiso atesorar un abogado como Luis marcó su carrera, así como la figura inmaculada de su padre, y cuando en mitrad de un proceso apareció en su vida ‘Matar a un ruiseñor’ la emoción contenida sólo pudo ser canalizada por vellos en punta.
Sergio vivó su propia venganza con odio, de la pérdida de lo que más quería, y sólo encuentra consuelo en las complicadas, estudiadas, bellas y especiales imágenes de ‘El manantial de la doncella’.
De golpes de la vida, de no renunciar y de ser testarudo y desgraciado entiende bastante Borja, que cuando le expulsaron de su tercer colegio llegó el personaje de Luke Jackson y su ‘Leyenda del indomable’ y le marco una referencia a idolatrar, como actitud en la vida, aunque eso implicara retorcer aún más su camino.
Para Rosa y David, el estremecedor reflejo que les ofreció ‘Revolutionary Road’ llegó demasiado tarde, y su matrimonio y sus existencias ya estaban abocadas a una desesperante rutina, con todos los sueños rotos.
Jesús sufrió un ataque de emoción con “porque sueño no estoy loco” de la autodestructiva e implacable ‘Léolo’, con el Cold Cold Ground de Tom Waits bañando esa cinta tan inolvidable y personal. Él se siente, con toda su crudeza, muy cercano a ese niño.

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