Nulla dies sine linea

28 abril 2010

Trabas

Hoy me despierto muy temprano mientras siento los sonidos del resto del inmueble poco a poco inundando mi habitación, cuando los otros pisos comienzan a ponerse en movimiento y la ciudad parece emerger de su letargo, lenta y progresivamente iniciando la actividad, ayudada por la luz, que se extiende más allá de los edificios, donde la hierba crece libre y callada, en una armonía primaveral que contiene algo de silencio expectante, tal vez a la posibilidad de un verano próximo. Busco a tientas la cuerda de la persiana y la elevo ligeramente, permitiendo que algunos rayos de sol bañen tímidamente la estancia, se posen sobre la almohada y las sábanas desechas; y vuelvo a la cama en un estado bastante cercano a la armonía. Vuelto a recibir el calor del colchón mientras la urbe despierta, pienso en todos los nuevos días como éste que me esperan para disfrutar así, desadormeciéndome en reposo, participando del inicio de la jornada, sonriendo interiormente a la libertad y la conciencia de la joven vida.
Cuando termino el desayuno, decido en un momento y cojo el coche, salgo por un desvío hacia carreteras convencionales anexas a la ciudad, aparco en un camino secundario, cerca de una curva donde bajo ella y en extensión el prado ya calienta y las flores hacen gala de su breve reinado. Mientras enciendo un cigarrillo con sumo placer, reflexiono: Conozco lo que es asomarse al abismo pero ahora existe la luz, la tierra firme de la serenidad y lo hermoso de tener el control de los mandos aunque no sepas ni te importe el rumbo ¿Qué me impide moverme y saborear el inicio y el final de los días? Respirar cada brizna impoluta de aire fresco y sonreír cara al viento, caminar, sentir, sosegar… ¿qué me impide vibrar con las notas musicales en mi casa, tomarme la vida con calma, ir despacito hacia el futuro sin que él me atenace ni me condicione? Que pueda percibir el agua en la piel, las nuevas caricias, sintiendo hasta el pulso de la sangre en las venas; y no correr para ir en busca del final de la juventud, allá donde los sueños ya nunca se hacen realidad y la vida se empieza a marchitar en rutinas y fracasos.
Descubrí que nada tiene el poder de ponerle coto a las largas extensiones mentales que, desbordantes, desean existir sin fantasmas, tabiques, angustias que son hipotecas ni recuerdos que son lastres. Planear y ejecutar viajes, conocer otros ojos y reírme con nuevas sonrisas, conversar con los amigos de siempre, ser auténticamente independiente para ir modelando lo que vendrá mientras disfruto ampliamente de lo que tengo. El amanecer de hoy y el de la próxima semana.
Hasta ahora miré mi vida como si lo hiciera desde un catalejo, limitado por los bordes, acotado el paisaje a lo que desde allí podía observar, un reducto que había comenzando a aceptar con resignación y que en realidad ataba el resto de posibilidades, por no querer ni atreverme a salir de él a explorar; y permanecía inmóvil muchas veces devorado por la ansiedad, queriendo adelantar mi propio reloj hacia adelante solamente para conocer el resultado, para disipar las brumas del porvenir; hubiera firmado cerrar los ojos y plantarme ya en la madurez que para mí significaba la resolución de las dudas. Esta madurez en realidad ya fue ayer, será pasado mañana, o no será nunca. No pienso estar allí cuando llegue. Y es que me va a encontrar muy ocupado viviendo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta!!
creeo que es un derroche d optimismo y vitalidad ...
De tu hemana pequeña jeje

Anónimo dijo...

Siempre hay que luchar por disfrutar hasta el mas insignificate segundo de tu vida, porque el dia que te encuentras en ese abismo recuerdas lo feliz que eras despreocupado de todo mirando a la caja tonta sin preocuparte por nada y eso te parece en ese mismo instante lo mas maravilloso que te pudiera estar pasando. Por eso tienes que disfrutar de todo, sobre todo de las sonrisas de las personas que te rodean porque eso es mas importante que cualquier amor, que el dinero y que cualquier otra cosa. SIMPLEMENTE VIVE Y SE FELIZ, LUCHA POR LOS DEMAS SIN DEJAR DE PENSAR EN TI.

Andrea dijo...

Que bonito el relato es tan cierto;

Es como cuando le digo a mi madre:
"¡Mama, quiero vivir!"
y ella me responde
"pero si ya vives"
"no mama, vivir de verdad"
si es que es tan importante vivir, porque vivir, no es solo que te lata el corazón.



saluti di quella che sta sfrutando della bella vita :)