Nulla dies sine linea

09 septiembre 2007

Protagonista

Publicado pese a que Alba no dió el visto bueno:

-Eres un escritor impresionante, el problema es que te involucras demasiado en tus historias- le dijo ella en aquel paseo vespertino.
-¿A que te refieres?
-Todos tus relatos están marcados por un profundo sentimiento de pérdida, en todos el protagonista es un desgraciado en el amor, siempre terminán esperando no volver a perderlas o arrepintiéndose de ello. Por no habar del enorme tufo a alcohol que envuelve todos y cada uno de ellos. Situas la acción en tascas y barras, con el omnipresente alcoholismo de trasfondo, pero ante todo, son personas profundamente románticas, un románticismo marcado por la moralidad de la sociedad que les corrompe, son tipos para los que no hay nada más erótico que una buena copa y una camarera atractiva, pero lamentan amargamente el final de un pasado mejor.
Se quedó en silencio recapacitando sobre eso último, y ella siguió.
-Quiero decir, que, ¿no tendrán esos textos algo de tí? pienso que les das ese toque personal para sentirte bien a la hora de escribir.- además los protagonistas, sean en primera o tercera persona, simpre son hombres.
-Verás, eso tiene una explicación- dijo mientras escrutaba el cielo en busca de unas nubes que tapaban la ciudad- meterse en el universo del pensamiento femenino son palabras mayores, no soy Tino Pertierra.
-¿Tan complicadas nos consideras?- preguntó con una expresión entre risa y expectación.
- Los participantes de mis relatos están hundidos en barras y bebida precisamente por esa complejidad. Y con respecto a lo que dices del sentimiento de pérdida..si intentas ignorar el pasado, este te matará, si escribes sobre él, aprenderéis a convivir juntos.
Eso pareció convencerla.
Pasados diez minutos, lanzó un misil que le sorprendió con la guardia baja.
-Pero tus relatos acabarán destruyendote. Terminarás como ellos, alcohólico perdido.
Eso si que era un cumplido que no esperaba. Arqueó las cejas y la miró de frente.
Cambió la situación por completo cuando le acarició el pelo y le soltó:
-Entonces dejame convertirte en personaje de un relato.
Ella asintió y sin duda lo fué cuando cruzaron juntos el umbral del portal.

No hay comentarios: