Nulla dies sine linea

01 abril 2009

Trampas

Vuelo más alla de mi evidente atractivo y reniego en ocasiones de esta incómoda carcasa provocadora de tanta frivolidad sexual ante el género masculino. Pero supongo que solo soy una brillante imitación de una mujer con ideales, un intento de personalidad sobresaliente. Paso ya de los treinta y siento que tengo mucho que aprender aún. El reloj de la certeza me corroe y me enseña desnuda mis carencias. Tengo que rencauzar estas inquietudes y me pongo mis tareas: no había leído nunca a Shakespeare, ni a Nietzche, ni las obras completas de Fitzgerald, ni a Flaubert, ni si quiera había indagado a fondo en Hawthorne ni buceado en el perverso mundo de Poe. No había sido más que una pseudo intelectual vanidosa, una atractiva cultilla experta en trivialidades.
Y en mi consiente interpretación siento debilidad por los hombres inteligentes. Estoy harta del tan habitual ejemplar que puebla la fauna nacional que lo único que saben hacer es hablar de sí mismos, reir con los amigos e intentar llevárseme a la cama.
Como he dicho, soy complicada, vivo entre la certeza de mi atractiva personalidad y por eso al mismo tiempo sigo asustada, sigo buscando...en cierto modo sigo buscando sentirme realizada.
Aunque no rehuyo los ojos nobles donde pueda entrever más pasión que promesas; la visión de una certera serenidad ligeramente almibarada de fascinante intelecto siempre ha estado presente en mis ilusiones. Intento no perder el tiempo construyendo castillos en el aire, soy diáfana sobre mis convincciones pero despreocupada por mis objetivos.
Por eso consigo descubrir al pretencioso, al difícil camuflado, al lleno de trampas, al vendedor de humo; para desenmascararlo antes de que sea demasiado tarde y haya caído en unas redes en las que, para ser sincera, sucumbía con intolerable asiuidad en el pasado, y luego desenredarme cuando se terminaba la capacidad de sorpresa. Intento destaparlos para diferenciar el fraude de la autenticidad. Mi imaginación tiende a crear seres magníficos que luego solo crean problemas. Busco mi propio problema real, discutir con buen talante sobre las eternas dudas, sobrevivir con alguien al inmenso caos que supone todo vuelvo en la vida llegado de relación, anhelo la sabiduría serena, o la inteligencia volcánica, incluso aunque acabe apavullada por su despectiva superioridad.

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