Nulla dies sine linea

25 noviembre 2009

Tonalidades de verde

Cuando tenía 9 años alcé la mano en clase y pregunté a la maestra que como podía saber que el verde que ella veía era igual al verde que veía yo. Pensándolo bien, supongo que todo se resume en eso.
El azul de una pupila no es igual para el poseedor que para el que la observa desde fuera, admirado.
Unos ven un rojo pasión y otros sólo ven sangre, unos encuentran belleza evocadora en un atardecer y otros pasan de largo sin girar la cabeza. Unos hayan intervención divina donde la mayoría solo lo achaca a la suerte, unos creen en la magia donde el resto ve engaño. De la misma manera algunas personas vislumbran la oportunidad en la casualidad, y otros creen en lo irremediable del destino.
Unos ven una cochambre de película donde otros consideran una obra maestra, otros ven un rollo de un peliculón.
Personas que confunden el deseo con el amor, la pasión con el querer, la estabilidad con el amor, la negación con la autoconfianza, el miedo con la responsabilidad.
Algunos ven un problema donde sólo existe una nimiedad, otros restan importancia a los problemas.
Determinadas personas ven su vida ideal donde otros ven rutina y aburrimiento.
Gentes que avanzan donde el resto retrocede, personas se rinden en el mismo mugriento lugar donde otros luchan.
El bien se puede entrelazar con el mal, el patriotismo con el genocidio.
Donde unos ven la posibilidad de crear otros ven la de destruir, donde unos ven un ataque a la moral otros ven sensatez y sentido común.
Daltónicos de la vida, nos cuesta diferenciar entre lo correcto y el deber, entre el supuesto y el compromiso; no identificamos algunas claras sensaciones cuando las tenemos delante de las narices y en cambio nos empeñamos en buscar matices de cosas simples.
Algunas de la misma relación ven un compromiso y la otra parte una aventura, una oportunidad o un desfogue.
Unos sacan honor del bestialismo y otros contemplan el horror ante el maltrato animal.
Individuos que ven en su interior la garantía del triunfo y personas que se ven fracasadas con sólo mirarse al espejo.
Unos hacen del mundo un inmenso lugar donde esconderse, y otros, simplemente, se dedican a observar.

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